El ekeko, dios lar de los aimaras, versión indígena del mercader ambulante o mercachifle del virreinato, quien según la creencia popular lleva el bienestar y la felicidad por donde quiera que va.

Usado como talismán el panzudo hombrecillo, menudo como un duende, ha logrado sobrevivir a los siglos, acumulando sobre su grotesca y rústica figura ser mensajero de la suerte.

Hazle fumar los Martes o los Viernes para que cumpla tus deseos.

Realizado en terracota totalmente a mano, producto importado del Perú. 

Medida 15 cm