IGNIS FIRE-ANDREW BILL

AB20015

IGNIS FIRE STATUE BY DRAGONSITE-ANDREW BILL

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Una figura de Dragón de fuego magnifico, realizada en porcelana fría, moldeada y pintada completamente a mano, salida de la imaginación del artista ilustrador Andrew Bill.

Una adquisición extraordinaria a tu colección de dragones, una pieza rara de conseguir.

Figura limitada y numerada con su certificado de autenticidad, en su caja original con la misma numeración que la pieza interior para coleccionistas del genero.

Medida 27 X 15 X 12 cm

(el fenómeno de combustión manifestado en luz, llama y calor)

En una terrible noche del año, las cuatro hechiceras hermanas de los elementos cambian de forma y se unen para probar su fuerza entre sí. Aerius se convierte en Aura; Aequoreus se convierte en Aqua; Terrenus se convierte en Terra; Ignigena se convierte en Ignis. Como cuatro dragones poderosos, se enfrentan entre sí, y en una noche así, dejen que todas las criaturas mortales tengan cuidado, porque si su deporte se vuelve demasiado candente, podrían destrozar el mundo con sus juegos.

Ignigena, cuando está en forma de dragón, atraviesa el cielo oscuro como un cometa; igualmente en casa en la tierra o en el aire, la hechicera del Fuego se enorgullece del poder de su elemento. En una feroz alianza con su hermana la Tierra, puede crear devastadores volcanes con los que asaltar el dominio de la hechicera del aire, llenando el cielo de imponentes columnas de lava y humo espeso. Por supuesto, es contra los seres vivos de la Tierra que ella puede causar el mayor daño, porque ¿qué puede infundir mayor miedo en las criaturas mortales que un incendio forestal o una ciudad en llamas?

Con su túnica de llama viviente, Ignigena tiene una figura temible, pero es como Ignis el Dragón de Fuego que es más espectacular, ya sea que se alce del brasero ceremonial con toda su infernal majestad o caiga en picado de las nubes en medio de deslumbrantes lanzas de relámpagos, alas como guadañas ardientes que cortan los cielos oscuros. No es de extrañar que las criaturas vivientes tiemblen en sus hogares cuando ha comenzado el deporte mortal. Porque ningún ojo mortal puede soportar la visión aterradora de los cuatro grandes poderes haciendo la guerra entre sí, cada Hechicera de los Elementos disputando ferozmente la corona que ya reclama como suya.

(Andrew Bill)

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